sábado, 18 de abril de 2009

LA ESCONDIDA DULZURA

PALABRAS Por Carlos Balaguer

"¿Por qué, Destino, hieres mi corazón?", preguntaba yo al destino. El ángel del Presagio no respondió. Quede por largos y silenciosos años sin saber la respuesta. Algunas veces renegué, maldije, lloré y sufrí. En otras acepté, con humildad y dulzura, la espina que esconde bajo su corola la rosa de la Vida... Porque más allá del llanto solemos encontrar las mieles que deja aquello que más amamos.
Fue hasta los años de mi madurez que el Destino me dio algunas respuestas.
"Debes saber encontrar la escondida dulzura de la vida", dijo el Adivino. "El fruto tiene dentro su miel y los panales de abejas por igual. Así, dentro del corazón humano es donde esta la miel de la existencia. Cuando cortamos el fruto, brota desde dentro su amor y su dicha más pura. Porque hay un mundo de felicidad más allá de la tristeza y un sol que amanece después de la tiniebla y el lloro".
Algunos años después de aquello me encontré nuevamente con el Destino en una cumbre. Nos saludamos como viejos amigos. "Gracias por la respuesta Señor de lo imposible", dije al agorero que pasaba, como eterno viajero del tiempo circular.

(Libros de "Palabras": La casita, La Ceiba, Moderna, Escalón, Kalpataro).

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